Ha llegado el momento de empezar con las actividades de Periodismo 2.0. Si la semana empezó complicada, la traca final estaba por llegar, gastroenteritis incluida. Maravilloso.
Mi idea es hacer una introducción a los capítulos explicando los conceptos básicos que se contemplan. Luego, pasar a hacer la actividad en sí, punto por punto.
Comenzaré por el principio, por el primer capítulo, donde se introduce al lector en el mundo de la tecnología digital aplicada a la escritura en la web con el objeto de que desarrolle habilidades consideradas hoy en día básicas en cualquier redacción.
El primer concepto básico que se introduce es el de unidad de medida para la información digital: bit, byte, kilobyte, megabyte, gigabyte, terabyte, petabyte, etc. Lo normal es que hablemos de megabytes o megas y de gigabytes. El primer caso, para los archivos que vamos a manejar normalmente, y el segundo, habitualmente, al hablar de la memoria de un disco duro o de archivos de vídeo, que suelen ser los más pesados; si bien, con el aumento de la resolución en las fotos digitales, cada vez manejamos archivos mayores. Para hacernos una idea de lo que ocupa un archivo de vídeo pensemos en una sucesión de fotos más el audio, a sumar al cómputo de información.
Se recomienda no superar un mega (1 MB) cuando enviemos un archivo adjunto a un correo electrónico, teniendo especial cuidado de no hacer este envío a una lista de correo ya que el servidor haría tantas copias como destinatarios tenga nuestro mensaje pudiendo saturarle y provocar que “caiga” al no poder gestionar simultáneamente tanta información. No por nuestro correo únicamente, pero sí si toda la empresa no contempla buenas prácticas de transferencia.
Cuando se quiera enviar un archivo grande, se pasará al destinatario en un formato físico (CD, memoria flash) o se colgará en un servidor con el protocolo FTP (File Transfer Protocol). Sin entrar demasiado en cuestiones técnicas, ese protocolo debe “entenderlo” tanto servidor como ordenador personal, para ello, tendrán cargados software específicos. Su razón de ser es que está pensado para la transferencia rápida y efectiva de información, y sólo para eso, es un protocolo específico y efectivo. Problema: no se cifra la información, lo que puede ser peligroso, si bien hay aplicaciones que encriptan y se suele recurrir a contraseñas e identificadores. El programa del servidor (servidor FTP) está preparado para permitir el tránsito de información, el del ordenador personal (cliente FTP), muchas veces incluido en el navegador, entiende que va a conectarse no a una dirección web normal, sino a un sitio desde donde va a bajarse información o a donde se subirá dicha información. Por otro lado, hay que tener en cuenta que se necesitará espacio disponible en el servidor para alojar la información que se intercambie, lo que supone un coste. Hay muchos servidores que dejan espacio para colgar archivos cubriendo costes con los ingresos por publicidad; otros te dan espacio gratis pero la velocidad de transferencia es muy lenta, con lo que están provocando en ti que pagues un módico precio para que dicha velocidad aumente.
En la práctica, todo es muy sencillo. Se te proporciona una información de cuenta, accedes mediante tu navegador a una dirección que te habrán pasado, introduces los datos y eliges el archivo que quieres bajar o subir. En ocasiones, no hace falta registrarse, simplemente te mandan un enlace y según lo pinchas comienza la descarga del archivo. Sin copias extra. Subiéndolo sólo una vez, multitud de usuarios pueden acceder a esa información.
Las fuentes RSS permiten suscribirse a multitud de canales para conseguir acceder a una gran cantidad de información optimizando el tiempo de navegación. Necesitas un lector de estas fuentes, y, lógicamente que haya fuente RSS en la página que me interesa. Las últimas versiones de los navegadores incluyen estos lectores; en mi caso, uso el lector del Outlook, algo muy cómodo ya que según consulto mi correo veo si hay novedades en los sitios a los que me he inscrito. Si quisiera poder consultar esto desde cualquier ordenador usaría un lector basado en web como el que proporciona yahoo o google.
También se trata brevemente el tema de la mensajería instantánea como el modo idóneo de mantener "conversaciones" online sin saturar los buzones de entrada de los correos de nuestros compañeros o amigos. Cuántas veces no nos habrá pasado al volver de vacaciones encontrar mil correos acerca de temas banales, que te han llenado el buzón y que debes revisar, o, simplemente, borrar, con la de tiempo que eso supone, por no hablar de los mails que se pierden por tener saturado el correo con temas insustanciales.
Esos son básicamente los contenidos del primer capítulo. Ahora, haré las actividades y las subiré en otra entrada.
Ha comenzado el proceso de alfabetización digital. Lo bueno de empezar desde la base es el hecho de rellenar lagunas. He usado en mi trabajo el protocolo FTP, pero la verdad es que no me había parado a reflexionar sobre su modo de funcionamiento. En cuanto a las fuentes RSS, las conocía, pero no me había tomado el tiempo de administrar bien las que me interesan, con lo que he perdido mucho tiempo tecleando la página, buscando la sección, mirando si había un post nuevo, etc., cuando podría haber recibido automáticamente esa información o un enlace a ella cuando se ha producido la novedad.
Lento pero seguro, mejor que mejor.